O socialismo do século XXI do alemão Heinz Dietrich: massacre de civis desarmados
O
sociólogo alemão Heinz Dietrich, o mentor ideológico do finado caudilho
Hugo Chávez, e criador do conceito “socialismo do século XXI’, para
designar um regime comunista que se utilizaria das instituições
democráticas, como de fato isto está ocorrendo, para criar um regime
totalitário de esquerda, saiu da toca. Dietrich, decerto, deve ter tido
as suas mordomias na base de petrodólares para criar esse pastiche
sociológico com vistas a dar um viés de credibilidade às loucuras do
caudilho psicopata.
Tanto
é que o próprio Dietrich, que é professor universitário no México há
muitos anos, velho de guerra, pois ao longo dos seus 71 anos de idade já
viu de perto o que é um povo enfurecido nas ruas, trata de pular fora
do avariado barco chavista. Como todo comunista, Heinz Dietrich, digamos
assim, tenta salvar a sua própria pele. Logo ele o maior arauto do
chavismo e famoso por usar a cátedra para doutrinar os estudantes.
Agora, em entrevista ao site da revista alemã Der Spiegel,
o ex-assessor de Chávez não dá no máximo oito semanas de vida para o
governo do tiranete Nicolás Maduro. Esta, talvez, seja a única afirmação
verdadeira que tenha saído da boca desse impostor em toda a sua vida.
Sobre os seus ombros já começam a pesar os mais de 20 cadáveres de
jovens estudantes assassinados pelo chavismo, o regime tirânico do qual é
Dietrich ideológo e colaborador.
Transcrevo no original em espanhol do site venezuelano Dolar Today, a entrevista concedida por esse senhor ao site de Der Spiegel:
Heinz Dietrich e sua maluquice chavista: agora mais de 20 cadáveres de estudantes venezuelanos pesam sobre os seus ombros
Spiegel Online: Señor Dieterich, se tiene la impresión de que en Venezuela pasa justo lo mismo que en Ucrania…
Heinz Dieterich: En casi todos los aspectos el escenario es comparable con la situación de Ucrania.
S O: ¿En dónde se esconden exactamente los problemas?
Dieterich:
La catastrófica situación económica, la incapacidad del gobierno,
reformas forzadas e intereses externos. Además del intento de algunos
países por buscar sacar ventaja en la solución a la crisis.
S O: ¿Qué ha pasado para que la gente se sienta lista para arriesgar su vida en las calles?
Dieterich:
Es una mezcla de factores: primero, la inconmensurable retórica de
muerte del presidente Nicolás Maduro, que separa a los venezolanos en
“fascistas” y “leales”. A esto se le suma el encarcelamiento del líder
opositor Leopoldo López y los graves problemas que atraviesa el país, lo
que permitió que los sectores radicales hayan movilizado a los
frustrados.
S O: ¿Qué tan profunda es la duda de la gente respecto al problema?
Dieterich:
Objetivamente la amenaza de muerte, el problema de base es la violenta
criminalidad que hace de Caracas, la capital, una de las ciudades con la
tasa de homicidios más alta del mundo. El que falte el papel higiénico y
la harina, mortifica, pero no es una amenaza a la vida; el que además,
por causa de la devaluación del Bolívar, viajar al exterior resulte tan
complicado, molesta mucho a la gente. Si todo eso se junta, te lleva a
una profunda frustración. Y además las muy poco inteligentes reacciones
del gobierno, que en vez de comprensión impone represión, hacen que
hierva a su máximo punto, que es lo que ahora vemos.
S O: ¿Por qué se produce de pronto esta efervescencia?
Dieterich: Yo ya dije en diciembre, que Maduro tenía que dar resultados inmediatos para que el descontento en el país no aumentara. Pero esto no ocurrió. La indolencia del gobierno es grande. Maduro ha perdido prácticamente el año que ha gobernado desde la muerte de Chávez. Por si fuera poco a esto se le unen intereses externos. Los EEUU con el presidente Barak Obama al mando intensifican una política exterior expansiva. Eso juega un papel importante en el desarrollo del conflicto.
Dieterich: Yo ya dije en diciembre, que Maduro tenía que dar resultados inmediatos para que el descontento en el país no aumentara. Pero esto no ocurrió. La indolencia del gobierno es grande. Maduro ha perdido prácticamente el año que ha gobernado desde la muerte de Chávez. Por si fuera poco a esto se le unen intereses externos. Los EEUU con el presidente Barak Obama al mando intensifican una política exterior expansiva. Eso juega un papel importante en el desarrollo del conflicto.
S O: ¿Cuáles son las medidas más urgentes que debe tomar el gobierno?
Dieterich:
Es indispensable que Maduro y sus ministros controlen la inflación de
55%. El desabastecimiento debe enmendarse y la violencia debe ser
encarada. Además es necesaria una reforma económica: el cambio del dólar
y del bolívar debe ajustarse a niveles reales. La moneda debe fluctuar
libremente, sin que por ello se vean amenazados los ingresos de los
estratos pobres.
S O: ¿Es esto suficiente para reparar el desgarramiento de la sociedad?
Dieterich:
Esa grieta siempre ha estado ahí. Ni 15 años de chavismo lo han
reparado. Pero ahora también están en la calle aquellos que votaron por
Maduro.
S O: ¿Quiénes son los que están en las calles de Venezuela?
Dieterich:
Yo veo tres grupos: el fuerte núcleo de derechas, que están entrenados
por paramilitares y están armados. Después, los estudiantes: muchos de
ellos creen que viven en una dictadura que no tiene una verdadera
resistencia. Y finalmente muchos que fueron seguidores de Chávez, pero
que no están de acuerdo con Maduro y que se oponen al empeoramiento de
las condiciones de vida. Si Maduro sigue como hasta ahora, crecerán el
segundo y tercer grupo, y el gobierno tendrá que renunciar al poder,
como ocurrió en Ucrania.
S O: ¿Es probable que el presidente sea derrocado?
Dieterich:
Se va a seguir discutiendo en las líneas del chavismo sobre una
solución efectiva a la crisis sin que ésta se vea como un derrocamiento.
Mientras tanto, está claro para todos que Maduro no tiene ni concepto
ni instrumentos para modernizar al país. Él pensaba y piensa que basta
con emular a su antecesor Hugo Chávez en la retórica y la coreografía y
mantener el modelo económico.
S O: ¿Entonces los días del presidente Maduro están contados?
Dieterich: No durará ni ocho semanas en el gobierno y probablemente será suplantado por una junta de gobierno. Para los militares y gobernadores chavistas está claro que su política significa indudablemente el fin de la era bolivariana. La política debe dar un giro de 180° o todo estará perdido.
Dieterich: No durará ni ocho semanas en el gobierno y probablemente será suplantado por una junta de gobierno. Para los militares y gobernadores chavistas está claro que su política significa indudablemente el fin de la era bolivariana. La política debe dar un giro de 180° o todo estará perdido.
S O: Pero la oposición tampoco tiene realmente un plan constructivo…
Dieterich: No.
Los portavoces no buscan un compromiso que sea mejor para todos.
Quieren barrer al gobierno. Eso es antitético y criminal, y las personas
en la calle pagarán con su sangre, pero eso no lo permitirá la fuerza
armada.
S O: ¿Es esa la salida para Venezuela?
Dieterich:
Habrá probablemente una mediación bajo la dirección de un organismo
regional como la Organización de Estados Americanos o la Unión de
Naciones Suramericanas y del Caribe. Pero también es posible una gran
coalición si aparecen entretanto voces moderadas dentro de la oposición.